Los años setenta cambiarían toda la escena teatral del país, por los eventos que ocurrieron en septiembre del 73, quebrando todo lo construido en el arte chileno. Los artistas fueron perseguidos por la dictadura, haciendo imposible el funcionamiento del arte.
Respecto al teatro, era muy poco lo que se lograba realizar, ya que se perdió la esencia del quehacer escénico con su socialismo necesario, porque no hay, ni puede haber teatro sin la interacción comunitaria, sin el contacto personal, históricamente localizado entre actores y publico. Por estos motivos comenzó la persecución de la gente del oficio actoral, y en la más amplia gama, la palabra persecución abarca desde la designación en lista negra, o sea, desde el desaparecimiento profesional y más o menos transitorio.
Se sabe que las listas negras circularon desde temprano, el gobierno mediante las gerencias de radios y televisión, prohibió terminantemente que se le diera trabajo a cualquiera de sus individuos que en sus folios aparecían. Incluso hubo artículos aparecidos en la prensa identificando a personas por sus nombres y apellidos, y pidiendo para ellas “...sanciones y rendicion de cuentas”. Es por esto que cada día que pasaba, el trabajo teatral construido hasta ese momento estaba siendo destruido.
Desde el mismo día del golpe, la actividad teatral fue golpeada, los atentados comenzaron desde el mismo día del bombardeo a la moneda. Ese día, durante este acontecimiento, también fue destruida la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, destruyendo así el icono del trabajo gremial teatral.
Desde ahí en adelante, los ataques al teatro continuaron. En la noche del 11 de enero de 1977, una semana después de debutar “hojas de parra”, una obra muy crítica social y política, se comenzaron a recibir visitas de inspectores municipales y policiales que objetaban el lugar por motivos sanitarios, y extrañamente, el teatro-carpa del grupo La Feria se consumió entre las llamas. Los culpables no aparecieron jamás y tampoco se hizo el esfuerzo de encontrar a los culpables...
Situaciones así sucedieron durante esta época, donde el teatro se volvió cada vez más crítico, tratando de ocultar los verdaderos mensajes que entregaba a la gente tras grotescas funciones, muchos artistas y gente de teatro fue encarcelada durante esta época. Según la revista inglesa Theatre Quarterly, en el año 1975, 35 personas ligadas al teatro estaban o habían sido presos políticos, entre ellos estaban Marcelo Romo, uno de los brillantes actores de la época; Aquiles Sepúlveda, director del teatro de la Universidad de Chile; Pancho Morales, Ivan San Martín, Coca Rudolphy y Hugo Medina, estos dos últimos fueron expulsados del territorio nacional, formando el teatro popular chileno en Inglaterra. Es por esto que todos los grupos de teatro empezaron a hacer vaudevilles, para así ocultar los mensajes y críticas políticas. El teatro fluyo así durante la dictadura militar, funcionando de manera oculta o haciendo obras de poca monta, y tratando de entregar información y critica de manera críptica, ocultada por la simplicidad del mensaje de comedias y obras que eran permitidas por el gobierno militar.
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